Artículo - setiembre 2016
La fuerza de voluntad
Hoy en día, es común escuchar en todos lados que las personas desean cosas para sí mismas, tales como bajar de peso, realizar viajes, comprar objetos, estudiar nuevas cosas o conseguir un mejor empleo; todo esto para beneplácito personal y el acceder a un mejor estilo de vida. Sin embargo, son pocas las personas que hacen lo necesario para conseguir aquellas cosas que desean. Hacer “lo necesario” conlleva a establecer todo un proceso de planeamiento en el que se deben incluir las tareas a realizar, los montos a invertir y los tiempos en los que se debe realizar cada tarea. Si no se hace este planeamiento los deseos se esfuman y todo queda en una buena intención.
Por otro lado, son muchos los casos que se conocen de personas que han realizado un adecuado planeamiento y que no han conseguido obtener aquello que tanto desean. Por ejemplo, es típico ver muchos jóvenes que tienen como meta ser profesionales exitosos y dentro de su planeamiento está el ingresar a una universidad y concluirla en cinco años. No obstante, gran porcentaje de estos jóvenes no logran siquiera ingresar a la universidad y otros tantos sí consiguen una vacante pero por diversos motivos no culminan su formación superior. En ambos casos queda abandonada para siempre la meta de ser profesional. Otro ejemplo común es de aquel gran grupo de personas que tiene como meta bajar de peso. Muchos realizan el planeamiento adecuado, algunos se inscriben en gimnasios, otros deciden ejercitarse de manera personal, pero la gran mayoría abandona su rutina a los pocos días de haberla iniciado. Como resultado, muchas personas continuarán manteniendo el peso que tienen, incluso aumentándolo, de allí en adelante.
Como se ha visto en ambos ejemplos, tener un correcto proceso de planeamiento no basta para la consecución de algún deseo o meta personal. Más allá de ello existe algo que todos llevamos dentro y que se conoce como fuerza de voluntad. Se le puede definir como la energía controlada por la mente que es capaz de darle a una persona el impulso y fuerza necesarias para realizar diversas acciones, incluso en situaciones complejas. Esta fuerza varía de una persona a otra. Casi siempre las personas que aprendieron a ser disciplinadas con su estilo de vida a temprana edad suelen tener una elevada fuerza de voluntad para realizar diversas acciones que conducen a la consecución de sus objetivos. Esto no implica que las personas que fueron muy apáticas en su juventud puedan aprender a ser más disciplinadas y por consecuencia lograr tener mayor fuerza de voluntad para la realización de sus metas.
Como se dijo anteriormente, la fuerza de voluntad se lleva en el interior de cada persona y dependerá de uno mismo poder maximizarla en las situaciones que lo ameriten. Muestra de ello para el segundo ejemplo mencionado, el de ir al gimnasio para perder peso, la fuerza de voluntad pudo haber conseguido que muchas personas que abandonaron su rutina, lograsen despertarse en horarios muy diurnos y se mantengan entrenando por muchos meses o años. La fuerza de voluntad para este caso implicó haber vencido el sueño y cansancio de despertarse temprano en muchas ocasiones. También implicó haber superado múltiples excusas que pudieron haber evitado la intención de entrenar. Para este y muchos otros casos la fuerza de voluntad es capaz de hacernos conseguir cualquier cosa que nos propongamos. Por algo se dice coloquialmente que el cielo es el límite.
Luego de haber repasado algunos conceptos y ejemplos básicos, podemos concluir que para cumplir un deseo o lograr una meta es necesario establecer un proceso apropiado de planeamiento para tener claras todas las variables a considerar. Asimismo, es fundamental llevar de la mano este planeamiento con el manejo de la fuerza de voluntad. Solo así, una persona será capaz de conseguir todo aquello que se proponga.
Escrito por:
Gabriel Zavala
Ingeniero Industrial
Por otro lado, son muchos los casos que se conocen de personas que han realizado un adecuado planeamiento y que no han conseguido obtener aquello que tanto desean. Por ejemplo, es típico ver muchos jóvenes que tienen como meta ser profesionales exitosos y dentro de su planeamiento está el ingresar a una universidad y concluirla en cinco años. No obstante, gran porcentaje de estos jóvenes no logran siquiera ingresar a la universidad y otros tantos sí consiguen una vacante pero por diversos motivos no culminan su formación superior. En ambos casos queda abandonada para siempre la meta de ser profesional. Otro ejemplo común es de aquel gran grupo de personas que tiene como meta bajar de peso. Muchos realizan el planeamiento adecuado, algunos se inscriben en gimnasios, otros deciden ejercitarse de manera personal, pero la gran mayoría abandona su rutina a los pocos días de haberla iniciado. Como resultado, muchas personas continuarán manteniendo el peso que tienen, incluso aumentándolo, de allí en adelante.
Como se ha visto en ambos ejemplos, tener un correcto proceso de planeamiento no basta para la consecución de algún deseo o meta personal. Más allá de ello existe algo que todos llevamos dentro y que se conoce como fuerza de voluntad. Se le puede definir como la energía controlada por la mente que es capaz de darle a una persona el impulso y fuerza necesarias para realizar diversas acciones, incluso en situaciones complejas. Esta fuerza varía de una persona a otra. Casi siempre las personas que aprendieron a ser disciplinadas con su estilo de vida a temprana edad suelen tener una elevada fuerza de voluntad para realizar diversas acciones que conducen a la consecución de sus objetivos. Esto no implica que las personas que fueron muy apáticas en su juventud puedan aprender a ser más disciplinadas y por consecuencia lograr tener mayor fuerza de voluntad para la realización de sus metas.
Como se dijo anteriormente, la fuerza de voluntad se lleva en el interior de cada persona y dependerá de uno mismo poder maximizarla en las situaciones que lo ameriten. Muestra de ello para el segundo ejemplo mencionado, el de ir al gimnasio para perder peso, la fuerza de voluntad pudo haber conseguido que muchas personas que abandonaron su rutina, lograsen despertarse en horarios muy diurnos y se mantengan entrenando por muchos meses o años. La fuerza de voluntad para este caso implicó haber vencido el sueño y cansancio de despertarse temprano en muchas ocasiones. También implicó haber superado múltiples excusas que pudieron haber evitado la intención de entrenar. Para este y muchos otros casos la fuerza de voluntad es capaz de hacernos conseguir cualquier cosa que nos propongamos. Por algo se dice coloquialmente que el cielo es el límite.
Luego de haber repasado algunos conceptos y ejemplos básicos, podemos concluir que para cumplir un deseo o lograr una meta es necesario establecer un proceso apropiado de planeamiento para tener claras todas las variables a considerar. Asimismo, es fundamental llevar de la mano este planeamiento con el manejo de la fuerza de voluntad. Solo así, una persona será capaz de conseguir todo aquello que se proponga.
Escrito por:
Gabriel Zavala
Ingeniero Industrial